Lo que no se comunica no existe
2 Jun, 2013
Tiempo para comunicar: lo que no se comunica no existe
Acabo de releer un libro interesante que quiero compartir. No tiene nada que ver de entrada con la comunicación ¿o sí? Yo creo que mucho, después de reflexionar sobre su contenido y cómo trasladarlo al día a día del management de la comunicación, se pueden sacar algunas ideas inspiradoras, tanto para aplicarlo en la comunicación […]
Acabo de releer un libro interesante que quiero compartir. No tiene nada que ver de entrada con la comunicación ¿o sí? Yo creo que mucho, después de reflexionar sobre su contenido y cómo trasladarlo al día a día del management de la comunicación, se pueden sacar algunas ideas inspiradoras, tanto para aplicarlo en la comunicación personal como, por supuesto, en un enfoque emprendedor de la profesión. Si lo hiciéramos seríamos mejores y más competitivos, y, lo que es más importante: nos sentiremos mejor.
Vivimos instalados en la prisa, en la urgencia, en el ‘ya para ya’ de una sociedad estresante y estresada, lo que conduce a las organizaciones y las personas a un modo de actuar ineficiente. Son necesarios los espacios de tiempo para pensar, para soñar, para jugar…estados en los que la creatividad enfocada a la productividad puede aflorar y hacernos sacar lo mejor de nosotros mismos, como plantear nuevas vías de enfoque del trabajo y de la gestión de las personas. El estrés aplicado al trabajo y a la vida, en su justa medida, la necesaria para estar en ese punto de alerta y productividad máxima, pero que si se pasa, lleva a todo lo contrario: ralentización de resultados, fallos, insatisfacción, desmotivación….Acabamos, como se suele decir, ‘quemados’.
Hay ‘libritos’ (y lo digo cariñosamente) que son tesoros. Son píldoras de sabiduría que aportan luz con su lectura aplicable a lo que cada uno necesite en ese momento. Para mí, uno de esos libros es: “El vendedor de tiempo”, de Fernando Trías de Bes. Lo leí hace años cuando salió y, sencillamente, me encantó esta sátira. Y me vi reflejada. Esta semana lo he vuelto a releer, quizá por que sí, necesito tiempo, todos lo necesitamos, y la vida es eso: tiempo. No hay bien más preciado y a la memoria siempre me vienen las palabras de las tres historias de Steve Jobs o del Manifiesto Holstee.
Sencillamente, ¿te has plantado alguna vez qué harías si tuvieras más tiempo? Hacerte esta pregunta es algo muy serio y ligado al sentido que cada uno le da a su vida. No nos engañemos, no busquemos excusas, somos nosotros los que decidimos qué hacemos con el tiempo que se nos ha dado.
El economista Fernando Trías de Bes, coautor con Alex Rovira de «La Buena Suerte» (de Rovira recomiendo otra joya inspiracional: “La brújula interior”), plantea como un Tipo Corriente (TC en el libro) puede desestabilizar el mundo con una idea de negocio a priori peregrina –vender minutos de tiempo envasados- y que acaba revolucionando la vida de las personas y el sistema económico, tal y como lo entendemos. Este emprendedor pasa por todas las fases de lo que supone la puesta en marcha de un modelo de negocio y de vivir en un estado permanente de correr riesgos y dejarse guiar por su intuición.
Desde buscar nombre para la empresa, para el producto, a los vericuetos legales y administrativos para registrar la idea y crear la sociedad, a fijar su precio, a una vez que tiene la marca su necesidad de un logotipo, de un eslogan publicitario, cómo lo comunica a los potenciales consumidores, a quienes le tienen que prestar el dinero….todo lo que vive este personaje es un ejercicio de las necesidades comunicativas y gestoras de cualquier negocio y de quien lo pone en marcha, llámese emprendedor, empresario, gerente, director, CEO….
De su lectura he sacado estos 4 puntos de reflexión que si nos esforzamos en aplicarlos nos servirán para mejorar nuestra vida y la calidad de nuestro tiempo.
- CREE EN TÍ: Cree en tu proyecto, en tu idea, en lo que vendes. Ponle pasión, es el mejor ingrediente para sortear las dificultades, que siempre las hay. Es decisivo a la hora de presentar y vender tu idea con convicción para recabar el apoyo necesario para su puesta en marcha.
– A TC todos le dicen que su idea es loca y que va a fracasar. A TC no le ayuda nadie.
Si no aumentamos nuestra autoestima, y con ello nuestra capacidad crítica, no podemos lograr nuestros objetivos.
- ARRIESGATE: Sí, sin duda, esta vida –y su tiempo- es de los valientes, de los que arriesgan, lo cual no hay que confundir con tener poca cabeza.
– TC se prepara para su negocio, se forma aprendiendo todo sobre marketing empresarial. TC apuesta sus ahorros y su tiempo.
Si no somos valientes es imposible salir de nuestra zona de confort y dar lo mejor de nosotros. Es imposible liderar si no empezamos por liderarnos a nosotros mismos.
- APUNTA ALTO: Oriéntate a la excepcionalidad. Sueña, vuela alto. Apunta a las estrellas, como se dice en ese otro gran ‘librito’: “El Principito”
– TC hace y aprende. Falla. Corrige y vuelve a hacer sobre la marcha. No se da por vencido.
Sueña a lo grande y trázate un plan para ejecutarlo rodeándote de un gran equipo. Las ideas son importantes, pero más lo es su ejecución.
- CUÉNTALO: Mejorar las competencias o habilidades comunicativas tiene un sorprendente efecto de impacto positivo tanto en lo profesional como en lo personal.
– TC tras muchas vueltas encuentra el claim de negocio cuando habla con su mujer: ‘Date prisa, el T se acaba’.
Sin comunicación nunca lograremos nuestras metas. Mejora tu comunicación oral y escrita, mejora tu capacidad de escucha, y no tengas miedo a exponer y compartir tus ideas.
Todos tenemos algo que emprender en nuestra vida, así que: no más excusas, porque el futuro sí, es inventable, con los pies en el suelo y la cabeza en las nubes. Recuerda esta frase de Benjamin Disraeli: “La vida es demasiado corta para ser pequeña”. O estos refranes: “El tiempo es oro”, “El tiempo es dinero”. ¡A por ello 🙂 !
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