En un entorno de coyuntura compleja e incertidumbre radical, anticipar escenarios de riesgos y cómo responder desde la comunicación a las potenciales amenazas es básico para impulsar la resilencia en las empresas.
Es una de las citas esperadas al inicio de cada año: The Global Risks Report, el informe que elabora el Foro Económico Mundial desde hace 16 años que toma el pulso a cuáles son los riesgos y amenazas a nivel internacional, tanto persistentes como emergentes, para las organizaciones, empresas y gobiernos. En su edición de 2021, presentada el pasado 19 de enero, cobra protagonismo el hecho de que el riesgo ya anunciado de una pandemia global se hizo realidad y se alerta que todas las sociedades ahora se enfrentan por la crisis generada por la Covid-19 al reto de lograr la cohesión social ante los riesgos por las desigualdades y la fragmentación de la sociedad. “El coste humano y económico inmediato de la Covid-19 es grave —señala el informe en sus conclusiones—, y amenaza con hacer retroceder años de progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad, y debilitar aún más la cohesión social y la cooperación mundial”. La herramienta de la comunicación de crisis, desde su faceta de prevención a la gestión y recuperación de la reputación, se plantea como un aliado indispensable para blindar la reputación de las organizaciones en un futuro que se presenta a corto y largo plazo tan incierto y complejo en la magnitud de sus amenazas.
El ranking de potenciales amenazas de este año 2021 atípico viene encabezado por una clara previsión: la próxima década tendrá entre sus mayores riesgos el impacto de las condiciones meteorológicas extremas, el fracaso de la acción climática y los daños medioambientales provocados por el hombre; así como la concentración del poder digital, la desigualdad digital y el fracaso de la ciberseguridad.
Pensar en el largo plazo, en esa previsión a 10 años, es algo que parece no suele aplicar desde la prevención por parte de las organizaciones. Así que el informe también recoge un horizonte temporal en el que estos riesgos se convertirán en una amenaza crítica para el mundo, y las amenazas más inminentes, es decir, las que son más probables en los próximos dos años: incluyen las crisis de empleo y medios de vida, la desilusión juvenil, la desigualdad digital, el estancamiento económico, los daños medioambientales causados por el hombre, la erosión de la cohesión social y los atentados terroristas.
El informe incluye la Encuesta Global de Percepción de Riesgos (GRPS) que se realizó el pasado mes de octubre con entrevistas a la extensa red de líderes empresariales, gubernamentales, de la sociedad civil y de pensamiento del Foro. Un “riesgo global” se define según esta encuesta como un evento o condición incierta que, si ocurre, puede causar un impacto negativo significativo para varios países o industrias en los próximos 10 años.
En total la lista incluye 35 riesgos globales y este año, se agregaron 12 nuevos riesgos como resultado de las tendencias económicas, geopolíticas, sociales y tecnológicas observadas, así como las tendencias exacerbadas o emergentes de la crisis del Covid-19, que tienen el potencial de tener efectos a largo plazo. Estos nuevos riesgos son: 1. “Colapso de una institución multilateral”; 2. “Colapso de una industria de importancia sistémica”; 3. “Colapso o falta de sistemas de seguridad social”; 4. “Desigualdad digital”; 5. «Concentración de poder digital»; 6. «Fracaso de la gobernanza de la tecnología»; 7. «fractura de las relaciones interestatales»; 8. «Geopolitización de recursos estratégicos»; 9. «Reacción generalizada contra la ciencia»; 10. “Estancamiento económico prolongado”; 11. “Deterioro severo de la salud mental” y 12.“Desilusión generalizada de los jóvenes”.
Mapa de Riesgos por probabilidad e impacto
Este Informe analiza los principales riesgos globales desde una doble perspectiva: su grado de probabilidad y el nivel de impacto en la sociedad. Los ciberataques, las armas de destrucción masiva y, sobre todo, el cambio climático son las grandes amenazas de crisis en un contexto de crecientes divisiones sociales, económicas e industriales.
Los 10 principales riesgos por probabilidad de que ocurran son: 1. Clima extremo; 2.Fracaso de la acción climática; 3.Daño ambiental humano; 4.Enfermedades infecciosas; 5.Pérdida de biodiversidad; 6.Concentración de potencia digital; 7.Desigualdad digital; 8.Fractura de relaciones interestatales; 9.Fallo de ciberseguridad y 10. Crisis de medios de vida.
Los episodios de meteorología extrema, junto al cambio climático, ocupan desde 2018 los dos primeros puestos en la clasificación en cuanto a su grado de probabilidad, tendencia que indica una consolidación del nivel de preocupación con que se perciben los riesgos de carácter medioambiental. La aceleración de la digitalización promete beneficios y mejora social, pero también presenta serios riesgos y puede ser causa de aumento de la desigualdad debido al ritmo asimétrico del crecimiento: “Los individuos se diferencian cada vez más en su autonomía digital y las oportunidades de ganarse la vida en los mercados digitales del futuro. Esta creciente brecha digital puede debilitar aún más la cohesión de la sociedad”, reconoce el Informe.
Entre los riesgos de mayor impacto de la próxima década, las enfermedades infecciosas ocupan el primer puesto, seguidas por el fracaso de la acción climática y otros riesgos medioambientales, así como las armas de destrucción masiva, las crisis de los medios de subsistencia, las crisis de la deuda y el colapso de las infraestructuras informáticas. Los 10 principales riesgos por impacto en la sociedad son: 1. Enfermedades infecciosas; 2. Fracaso de la acción climática; 3. Armas de destrucción masiva; 4. Pérdida de biodiversidad; 5. Crisis de recursos naturales; 6.Daño ambiental humano; 7. Crisis de medios de vida; 8.Clima extremo; 9. Crisis de deuda; 10. Desglose de la infraestructura de Tecnologías de la Información.
Lecciones que se pueden extraer para reforzar la respuesta y la resistencia
Este informe es una herramienta que da una orientación precisa de contexto para poder anticipar respuestas, preparase y tomar las mejores decisiones en un entorno de riesgo permanente. Pone de manifiesto que cada empresa deberá fortalecer y revisar constantemente sus estrategias de mitigación de riesgos y amenazas si es que desean mejorar su resiliencia ante futuras adversidades en los tiempos convulsos que se avecinan y donde la recuperación de la confianza va a ser prioridad. Las conclusiones que se pueden sacar desde un foco reputacional del manejo de la comunicación de crisis son:
- Cada vez hay que tener en cuenta más variables y amenazas constantes que no controlamos en las situaciones críticas. La previsión a la hora de anticiparse y qué hacer para su control debe ser mayor.
- En un entorno de transformación marcado por la incertidumbre radical donde los efectos de la pandemia dominan el escenario económico, social y político, anticipar escenarios de riesgos que más impactan en el negocio y en la reputación es un ejercicio fundamental para preparar la óptima gestión de cómo responder desde la comunicación y adecuar estrategias de continuidad del negocio.
– ¿Cuáles son mis actuales escenarios de riesgo? No hay que olvidar que todo escenario de riesgo debería de tener una postura de manejo desde el ámbito de la comunicación estratégica.
– ¿Y cuáles son específicamente mis escenarios de riesgo reputacional? (¿Los conozco?)
– ¿Cuáles son las expectativas que tienen cada uno de mis grupos de interés con los que me relaciono con respecto a esos riesgos prioritarios que tengo identificados? No son iguales para los clientes que para los empleados, los inversores o las autoridades. Y, además,éstas suelen ser cambiantes en función de las circunstancias.
– ¿Cuáles de las amenazas del informe afectan más directamente a mi actividad de negocio? (a corto, medio y largo plazo)
– ¿Cuáles son las tendencias sociales, económicas, políticas que más van a impactar en el comportamiento de mis grupos de interés?
– ¿Cómo voy a anticipar y a adaptarme a las nuevas amenazas del contexto global general, a las de mi sector de actividad en particular y/o el mercado y a las propias de mi organización?
- Nuestro mundo avanza en su transformación digital, se han dado saltos exponenciales, pero sigue siendo híbrido, entre lo físico y lo virtual y hay que contemplar ese doble aspecto en el relacionamiento y la experiencia de marca.
- El progreso hacia la inclusividad digital se ve amenazado por la creciente dependencia digital, la rápida aceleración de la automatización, la supresión y la manipulación de la información, las lagunas en la regulación de la tecnología y las brechas en las habilidades y capacidades tecnológicas.
- Las organizaciones deben adaptar su cultura corporativa a la nueva realidad del contexto de riesgos y de la evolución de los canales y modos de la comunicación para poder fortalecer la confianza con todos sus grupos de interés, de los clientes a los empleados, inversores y autoridades. Implica una revisión / adaptación del propósito corporativo a las circunstancias actuales.
- El reto sigue siendo identificar y resolver rápidamente los problemas antes de que puedan convertirse en crisis. La prevención de crisis siempre va a ser la mejor inversión para actuar en caso de sufrir riesgos que afecten a la reputación.
- El margen para reaccionar en tiempo cada vez se va a ir estrechando más, por lo que la preparación es esencial y, además, debe adecuarse a estos cambios de contexto social, económico y político ,y a la incorporación progresiva de las nuevas tecnologías disruptivas.
- La resilencia, la capacidad de reponernos ante situaciones adversas, es una característica cada vez más preciada. Las organizaciones que están preparadas para una crisis son más resilientes y ello implica tener un plan de preparación previo en anticipación, control y entrenamiento. La cultura de la resilencia es el camino para afrontar los desafíos de un mundo cada vez más complejo e incierto.