El ‘Titánic’ de la comunicación sanitaria de crisis por el ébola

Hace aguas la gestión de comunicación institucional del Gobierno y del Ministerio de Sanidad de España ante la cadena de errores  

La improvisación y falta de información han llevado a la desconfianza, caos colectivo, mala imagen internacional y creciente indignación ciudadana, de profesionales sanitarios y medios de comunicación

La mala gestión en la crisis sanitaria de comunicación por el caso de ébola en España se ha caracterizado por la improvisación y falta de información que han llevado a la desconfianza, caos colectivo, mala imagen internacional y creciente indignación ciudadana, de profesionales sanitarios y medios de comunicación.

La ministra de Sanidad Ana Mato en su segunda rueda de prensa por la crisis del ébola rodeada de consejeros de las comunidades. Abajo, hablando Pilar Zarza secretaria de Estado de Seguridad.

Lunes 6 de octubre: hay un positivo de ébola. La realidad siempre supera a la ficción. No pierdo de vista nunca esa frase ¡es tan cierta! Cuando se trabaja en la elaboración de Manuales de Crisis, de protocolos de actuación, de estrategias para la resolución desde la comunicación de problemas que pueden generar una crisis, siempre hay que ponerse en la peor situación de lo que puede llegar a ocurrir, tenerlo identificado y previsto, saber cómo se va a actuar llegado ese hipotético caso. Mi experiencia ratifica que esa cita se cumple en el 80% de las ocasiones y cuando ello ocurre más vale estar ‘con los deberes hechos’ en la carrera contrarreloj por controlar y minimizar los efectos adversos de la crisis.

Como ciudadana y como profesional de la comunicación asisto estos días estupefacta a la mayor crisis sanitaria en España por el tema del ébola y a la dejación del Gobierno, del Ministerio de Sanidad y la Comunidad de Madrid en su capacidad gestora, tanto del grave problema sanitario en sí como de su comunicación, con el agravamiento hasta el punto de írseles de las manos y hacer agua con la asignación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al frente de la crisis ante la inoperancia de la ministra de Sanidad, Ana Mato. He aquí sus errores de gestión comunicativa: Sigue leyendo

Anuncio publicitario

Crisis de ébola en España y su nefasta comunicación

La rueda de prensa ofrecida por la Ministra de Sanidad Ana Mato es el perfecto ejemplo de cómo no actuar en una gestión de crisis, en este caso por un brote epidémico que no tiene cura y es el primer caso en Europa

La rueda de prensa ofrecida por la Ministra de Sanidad Ana Mato es el perfecto ejemplo de cómo no actuar en comunicación en una gestión de crisis, en este caso por un brote epidémico que no tiene cura y es el primer caso en Europa de ébola.

La ministra de Sanidad de España Ana Mato durante la rueda de prensa ante la detección del primer caso de ébola, que estuvo acompañada por otros 6 profesionales.

La rueda de prensa ofrecida por la Ministra de Sanidad de España Ana Mato ante la detección del primer caso de ébola en España y, por extensión, en Europa, es el perfecto ejemplo de cómo no se debe actuar en la gestión de la comunicación ante una situación así, algo que abordé en Cómo sobrevivir a una rueda de prensa en una crisis y que prácticamente aquí se ha incumplido al completo. Siento vergüenza, rabia y tremenda impotencia como comunicadora por la deplorable actuación de esa rueda de prensa. Me resulta indignante que un cargo de esa entidad, la ministra, acompañada de los máximos representantes sanitarios, ofrezcan ese espectáculo generando una mayor desinformación, desconfianza y, por ello, contribuyendo a la generación de alarmismo en la sociedad. Me voy a ceñir al plano de la comunicación y doy por sentado la gran complejidad de una crisis de este tipo, la presión, las prisas y la falta de tener todos los detalles de lo ocurrido. Lo que no logro entender son comportamientos y actitudes como las manifestadas en esta rueda de prensa, de la que lo único que se salva es la celeridad con la que se convocó y se dio la cara, pero, a partir de ahí, todo fue un despropósito. Sigue leyendo