Comunicar a los trabajadores, una prioridad en gestión de crisis

El ejemplo de Volkswagen o lo que no hay que hacer en comunicación interna

Suele ser habitual cuando se vive una situación de crisis que las personas de la plantilla sean las últimas en enterarse o lo hagan por los medios externos

Informar a los trabajadores es una prioridad en gestión de comunicación de crisis. El ejemplo de la crisis de Volkswagen nos sirve para recordar lo que no hay que hacer en comunicación interna a la hora de manejar la información y ser efectivos. Natalia Sara explica que suele ser habitual cuando se vive una situación de crisis que las personas de la plantilla, los empleados, sean las últimas en enterarse o lo hagan por los medios externos como los medios de comunicación o las redes sociales en vez directamente por la organización generando mayor desconfianza y problemas en el clima interno laboral.

Noticias aparecidas en Diario de Navarra @DiariodeNavarra y caricatura empleada en  la campaña de Greenpeace y sus protestas sobre el fraude Volkswagen por el trucaje de motores.

Ser el último en enterarte y/o hacerlo por otro canal que no es el oficial por el cual deberías o, incluso, no ser informado cuando ya es de domino publico, mediático, es algo que no sienta bien a nadie. Es una situación que de entrada predispone en contra y merma la confianza. Si lo llevamos a la gestión de la comunicación en situaciones de crisis es muy frecuente que se produzca y, en concreto, con el colectivo integrado por las personas objeto de la comunicación interna, es decir, con los trabajadores. Estos días, de nuevo, lo he vivido de manera personal en un caso concreto de una empresa mediana, con un tema de crisis ya saltado en medios y donde la vorágine del día a día sumado a este problema les lleva a poner el foco en su resolución y controlarlo mediáticamente y se olvida cómo abordarlo de puertas para dentro con los empleados. Y pasan los días, más de una semana, hasta que se decide actuar  y comunicar.

Ya he insistido en este blog muchas veces en la importancia del manejo del tiempo, de dar señales, de no esperar a tener todas las respuestas, de la necesidad de cortar la incertidumbre, de cómo no hacerlo es un caldo de cultivo del rumor, del bulo, de la desconexión, del alejamiento emocional, de la pérdida de confianza, de saber elegir bien el canal más efectivo y el momento para hacerlo…. Cuando todo ello se está produciendo en el mismo corazón de la organización, en su público más importante, que son todas las personas que en ella trabajan, el efecto que tiene es crucial en la evolución del problema, sea del tipo que sea. No se puede no comunicar y si se hace hay que ser consciente de las consecuencias.

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Los 5 errores en comunicación interna de las organizaciones

Transformar una empresa empieza primero por mejorar cómo se comunica con todas las personas que trabajan en ella y ello implica escuchar y medir

Los 4 aspectos  que condicionan la gestión comunicativa en un entorno digital

Transformar una empresa empieza primero por mejorar la comunicación con todas las personas que trabajan en ella. Los 5 errores en comunicación interna de las organizaciones son no escuchar a los trabajadores; abusar de los mensajes informativos; una emisión escasa o simplemente unilateral; la exageración del tono e insistencia persuasiva y un nivel mínimo o nulo de vías de diálogo y participación. La consultora de comunicación Natalia Sara aborda los 4 elementos disruptivos que condicionan la gestión comunicativa de las organizaciones en un entorno de transformación digital. El principal stackeholder de una empresa son sus trabajadores, sus empleados, que hoy día eufemísticamente reciben otros nombres a la hora de referirnos a ellos: colaboradores, partners, embajadores.

Las personas no son felices en sus lugares de trabajo. Esa es la realidad. Los macrodatos globales asustan un poco, al igual que si se baja al detalle país a país. Y, a la par, fruto de la voraz crisis económica, millones de personas anhelan trabajar, un puesto, una labor… la que sea, con tal de estar en activo y tener unos ingresos. Solo 1 de cada 8 trabajadores en el mundo está contento con su trabajo. Uno. Si nos centramos en España, hay un 62% de la población en activo descontenta y otro 20%, muy descontenta. ¡Un 82% de personas descontentas! Son datos del último Informe Gallup, en el que participan 142 países con una muestra base de 25 millones de trabajadores. A la vez, el 70% de las quejas en el ámbito laboral tiene que ver con el maltrato y la desmotivación que viven a diario las personas que allí trabajan. ¿Qué ocurre? ¿Qué falla? ¿A qué es debido? ¿Cómo son posibles estos desalentadores datos? Y, lo que es más importante, ¿Cómo se pueden corregir?

Cada empresa es un mundo, no vale el “café para todos”, pero la respuesta ya la dio hace tiempo el padre del management moderno, Peter Druker (por favor, léanlo, se dediquen a lo que se dediquen, ahí está concentrada mucha sabiduría para reflexionar y poner en práctica), cuando, ya por los años 40, afirmó que: El 60% de los problemas en las organizaciones están relacionados con una mala o deficiente comunicación interna. Trasladado a nuestro nuevo contexto digital y tecnológico dicho porcentaje se queda corto. Y se da la circunstancia de que la comunicación dentro de las organizaciones ha sido y sigue siendo la gran olvidada, la última en tenerse en cuenta.

Sin embargo, hasta que las empresas no ponen de verdad a las personas y a la comunicación en el centro de su gestión difícilmente pueden llevar a cabo aspectos como la transformación y digitalización de su modelo de negocio y ser, en definitiva, más eficaces y competitivas. Aunque sea por “puro egoísmo” de la cuenta de resultados van a tener las organizaciones que empezar a actuar en esa dirección: Una mejora del 1% en el clima laboral repercute en el 2% de las ganancias de una empresa, según un estudio de la Universidad de Harvard. ¿Por dónde empezar en la comunicación interna?

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