Hay dichos como el de que ‘De los errores se aprende’ y que ‘Nada defrauda más que no cumplir las expectativas’ que me rondan la cabeza tras el episodio de la candidatura #Madrid2020. Ha pasado una semana desde conocer el resultado de dónde se celebraran los Juegos Olímpicos 2020 y mucho se ha escrito y reflexionado sobre el aspecto de ‘aprender’ de los errores cometidos que han llevado al COI a optar por la candidatura de Japón.
Esta derrota es un tema muy complejo que ha sido analizado desde diferentes ópticas (política, institucional, económica, comunicativa…). No sé si quienes deben de haber aprendido la lección han tomado buena nota de ello. Espero que sí, porque, querámoslo o no, este es un aspecto que nos influye a todos los españoles (por imagen, por impacto económico, por asignación de presupuestos,…). Me alivia saber que parece que no nos vamos a empecinar en seguir, ‘erre que erre’, con lo mismo y presentarnos como #Madrid2024. No hay nada como la dañina terquedad en los proyectos (miopía de misión-visión) que enroca el intentar obtener resultados haciendo siempre lo mismo.