Tu reputación depende de ti, sólo de ti, y piensa que no eres ajeno a tener una presencia en internet: tu actividad o tu ausencia online ya la define
A veces cuesta entenderlo: hay una reputación, hay una identidad. Otra cosa es de qué se integra, qué forma parte de la configuración de tu reputación y de tu identidad y en ambas incluyen todo lo relativo al mundo físico y al virtual: conformando un todo. Ya tienes una reputación online, aunque no hagas nada porque eso mismo está hablando de ti o porque lo están haciendo los demás. ¿Qué aparece si pones en el buscador Google tu nombre, el de tu bufete, el de tu competencia más directa. ¿Lo que te devuelve es acorde con tu identidad, con la imagen que tienes de ti y la que quieres proyectar hacia los demás? ¿Recoge este sencillo y simple hecho tu actividad profesional como te gustaría? ¿Contribuye a la consecución de tus objetivos? ¿Has pensado alguna vez en todo esto?